sábado, 23 de agosto de 2014

Porque Guardians of the Galaxy funciona

Best poster EVER!!!
Si has vivido como un ermitaño o simplemente no has querido enterarte de ninguna noticia relacionada con el mundo del entretenimiento, probablemente no te hayas enterado del masivo éxito que Guardians of the Galaxy, la última súper producción de Marvel, ha tenido y está teniendo en estos momentos. Es casi de locos, partiendo de que la película adapta personajes relativamente poco conocidos, en comparación con las estrellas de la franquicia del Marvel Cinematic Universe como los son Iron Man, Capitán America o Thor. El público que no esté relacionado con la lectura de Marvel Comics, probablemente quedara en un limbo al intentar reconocer a los personajes.

Entonces ¿Por qué funciona? ¿Por qué se están refiriendo a este filme como la mejor producción de Marvel hasta ahora? Parte de la respuesta tiene que ver con la poca popularidad de estos personajes. Lo que al principio podría parecer una decisión riesgosa al querer adaptar este comic, se convirtió en una de las más grandes fortalezas de la cinta. Y es verdad que al principio se mostró por parte del público una gran incertidumbre. Teniendo Marvel un repertorio numeroso de personajes más conocidos, nadie entendía la elección de esta franquicia.


Pero dio resultados, porque la compañía, sin tener un “hook”, algo de donde jalar a los espectadores como un actor triple A, o una franquicia reconocida, entendieron que la única forma de tener éxito era contando una historia de calidad. Y exactamente eso fue lo que hicieron.

Primera decisión correcta: Contratar a James Gunn. Un cineasta relativamente poco conocido, pero que con dos películas en su hoja de vida que ya demostraban la capacidad para contar historias de manera fresca y viva. La visión de Gunn es notablemente fundamental para darle forma a la película, en la cual, con gran facilidad, articulaba diferentes géneros, yuxtaponiéndolos, mezclándolos y dejando que se desarrollaran con desenvoltura en la historia. Un amor por el Sci-Fi, el western, y obviamente, el comic, ilumina cada escena, demostrando que este señor sabe dónde está parada su historia y a donde dirigirla.

En ningún momento se ve forzada. La comedia entra fácil, sin incomodidad, sin ser embutida imprudentemente, se genera naturalmente desde los personajes. Al mismo tiempo, y otra vez sin ser forzado, los momentos dramáticos que moldean a los personajes son precisos, cortos, simples, pero tremendamente profundos: cátedra de narración cinematográfica, contar más con menos.


Todos estos elementos llevan al fruto de un trabajo que en su centro es ser inmensamente divertido. Algo que hay agradecerle a cineastas como James Gunn es que saben realizar películas con una intención clara, siendo extremadamente conscientes de lo que son y lo que no son. “Guardians” es un filme que entretiene inmensamente, pero también, que no insulta al espectador. Ofrece espectáculo sin culpa, sin miedo de ser poco serio, pero no tiene necesidad recurrir a tretas estúpidas para explicar cosas que no hay que explicar, de hacer de los personajes simples, planos y aburridos por temor de no entretener al público.

Marvel la saco del parque esta vez. Así como muchos, yo también creo que esta ha sido la mejor producción que han realizado, y me deja emocionado por lo que está por venir (obviamente, con mesura). Si no las has visto, créeme que cuando pagues la boleta del cine, la sentirás más como una inversión, que como un gasto.

viernes, 25 de julio de 2014

Dawn of the planet of the apes. Una reseña.


A pesar de saber que este filme no era más que Hollywood chupándole la sangre a una franquicia que empezó hace años con el legendario filme "The Planet of the Apes", nunca deja de ser interesante ver hasta dónde pueden llegar los estudios con tramas de ciencia ficción. Sobre todo por la cantidad de dinero que arrojan a estas cosas, uno espera ver las capacidades técnicas del filme llegar al máximo. Con un precedente como fue el anterior filme “Rise of the planet of the apes” ya se podía esperar mucho, pero puedo decir con comodidad que “Dawn” supera a su antecesora en todo aspecto técnico. No hay que decir que es perfecta, pero es efectiva, cumple lo que promete: Un gran festín de efectos especiales llenos de acción explosiva, condimentado con un poco de drama lleno de clichés.

Por su puesto que si eso no era lo que tu buscabas, entonces te diré que es una basura, porque a pesar del logro técnico, la película no toma las ventajas del género que maneja y de manera desesperante, buscaba caer en convencionalismos para hacer de la historia algo más masticable, irrespetando a su audiencia con una clara falta de huevos.

Claramente no quede satisfecho con el filme, pero no por eso quiero decir por ningún motivo que la película sea un desperdicio. Como dije, es un logro técnico, y antes de hablar de lo que no me gusto, me gustaría empezar con lo que sí.

Y lo primero que me gusto, y es preciso exaltarlo hasta mas no poder, es el trabajo del excelentísimo Andy Serkis. El lector recordara a la simpática criatura que acompaño a Frodo durante su travesía por la Tierra Media. Aquel maravilloso logro técnico que fue la creación de la imagen de Gollum, tiene que agradecerle mucho al señor Serkis, quien siendo un actor corporal profesional, se metió en un traje de captura de movimiento y le dio vida al personaje.

Con gran carisma e impresionante facilidad, Serkis le da vida al protagonista de la historia: Cesar, el líder de la creciente comunidad de Simios inteligentes. Lo que puede parecer adultos jugando a hacer “monadas” se convierte en un trabajo lleno profesionalismo y dedicación. Solo armado con su cuerpo y su voz, Serkis es capaz de transmitir una personalidad palpable y definible. Básicamente, un maestro con una gran visión de lo que significa trabajar en una producción.

En los videos pueden ver a que me refiero con el señor Serkis:




Pero un filme siempre es un trabajo colectivo. No lo compararía con una casa de naipes, pero si con las partes de un carro. Puede que el carro siga andando, pero nunca es bonito manejar con una transmisión desviada.

“Dawn of the planet of the apes” es un carro con la transmisión desviada. A pesar de su gran elenco y dirección de actores, el concepto total del filme se deshilacha por no poder sostener su propia ambiciosa visión. La ciencia ficción es un género que ha dado a escritores y cineastas la oportunidad de tocar temas complejos y disfrazarlos de entretenimiento (Lo cual nunca es algo malo) y tristemente esta película no responde a las cuestiones que ella misma plantea.

A pesar de que tenemos momentos genuinos de relación entre dos sociedades completamente diferentes, la película insiste en retratar a sus personajes como entes vacíos en los que vierte un estereotipo. Es terrible ver que hay poca intención de individualizar a los personajes, de hacerlos auténticos, sino que se siguen utilizando viejas fórmulas de construcción narrativa. Es el mismo héroe caucásico que busca hacer el bien ante adversarios que no creen en él. El mismo personaje que su única razón de existir es la de crear un conflicto, desagradar a la audiencia, y ser despachado para dejar un sentimiento de satisfacción vacío. El mismo conflicto de hijo que desobedece a su padre para luego darse cuenta de su error, en un momento moralmente gratiniano.


No solo esta película sufre de esto, ya que Hollywood está plagado de escritores que no han abandonado estos arquetipos Shakesperianos mandados a recoger hace mucho tiempo. Incluso, buscan con ahínco aplicarlos, creyendo que están produciendo con calidad, cuando en verdad solo están contribuyendo a la masa creciente de filmes que no aportan nada nuevo. No hay atrevimiento, no hay ganas de romper el molde, y es precisamente ahí donde se desperdicia el estar dentro del género de la ciencia ficción.
La primera “Planet of the apes” nos proponía un escenario en que los humanos se encontraban del otro lado de la cadena alimenticia. Proponía preguntas sobre nuestra identidad como especie y nuestra actitud ante situaciones que destruyan el delicado equilibrio en el que vivimos. Sobre todo, nuestro idea de superioridad como especie es cuestionada y esto queda plasmado en la legendaria frase Charlton Heston: Take your stinking paws off me you damn dirty ape! (¡Quita tus apestosas patas de mí, maldito sucio simio!). Es fascinante.

El moderno planeta de los simios no responde a ninguna pregunta que sus antecesoras plantearon y tampoco asume la responsabilidad de responder las que ella misma plantea. ¿Dónde está el verdadero conflicto? ¿Dónde está la posición del hombre ante una situación en que tiene que lidiar con su propia extinción? Se podría argumentar que el filme si trata estas cuestiones, pero no con una profundidad debida, ni con un punto de vista concreto. Le da la audiencia lo que quiere oír. “Hay gente mala, hay gente buena y cosas pasan” pareciera que a eso se limitara a decir.


Y volvemos al principio. No es una mala cinta. Tiene suficientes atributos para destacarse. Puede que no tengan los personajes más relacionables del mundo, pero tiene una narración sólida y es congruente en su mayoría. El apartado técnico es sublime y ¡Por Dios! ¿Eso era un orangután entrenado, o un producto de computadora? Todavía no me lo creo.

Es lo que es: un producto de mercadeo. Es un complaciente de audiencias, y eso, si se hace bien, la mayoría de veces suele ser algo bueno. No hay que entrar esperando la más arriesgada de las apuestas en el tema, pero en ningún momento uno se aburre. Creo que lo que le dije a mi novia cunado me pregunto que veríamos, define a la perfección mi posición ante la cinta. “No sé, quiero algo para adormecer la cabeza, para no pensar.”

lunes, 10 de febrero de 2014

¿Se pasaron con lo de espantajopo?

Juzgar a otros a partir de valores sociales tan ambiguos como los que uno mismo aplica es tal vez, una de las peores cosas que podemos hacer, en el momento de aparentar tener un cerebro o por lo menos cierto entendimiento de las cosas. Eso sí, es facilísimo de hacer. Si no me creen, tomen como ejemplo el artículo de los espantajopos que el año pasado hizo furor en las redes sociales. Muchos se sintieron identificados con el espíritu crítico del autor “Si marica, ese man tiene razón, aquí en Barranquilla hay mucho gente así”. La cuestión es que muchos de esos alegres lectores, no eran conscientes de que ellos mismo caían en esa categoría a la que el autor atacaba.

Es triste de verdad, porque creo profundamente, que esto tipo de artículos de opinión y crítica son necesarios, pero no por las razones que la mayoría tiende a creer. No son para que la prepotencia se presente a niveles detestables y creamos de tener el derecho de apuntar y con furia juzgar. Este tipo de artículos son para que las personas tomen consciencia de sus propias acciones, para que entiendan el porque de sus actividades.

El ejemplo del espantajopo no pudo ser mejor. Si es verdad que en nuestra ciudad hay mucha gente que muere por aparentar lo que no son y establecerse socialmente, pero no por ello tal comportamiento debe ser condenado a la hoguera. Un espantajopo es aburridor, pero la verdad es que todos lo somos en cierto grado u otro. La idea de una articulo como este no es que la población ataque a los individuos que actúen de tal manera (Señores, eso se llama segregación), sino que cada uno de nosotros tome consciencia de porque hacemos las cosas.

¿En verdad estas visitando el nuevo centro comercial porque quieres conocerlo, o porque tienes miedo de quedarte sin un tema de conversación? ¿La foto que le estas tomando a tu plato es para que tus amigos se hagan más o menos la idea de que estas comiendo o simplemente quieres que todos vean que comiste en un restaurante muy caro? ¿El deporte o la actividad que practicas es para tener algo interesante y diferente que hacer o es para, como por ahí dicen, “meter presión”?

Esas son las preguntas que debemos hacernos y nadie esta exentas de ellas y si en verdad crees que no eres así, pues déjame decirte que ya con solo poner una cita en Facebook, con solo escribir un tweet a una celebridad, con solo compartir una foto en instagram, con solo pensar que alguien iba a estar tan interesado en tu magnifica y esplendida idea/foto/escrito como para compartirla, estas cayendo en esa categoría, estas siendo un espantajopo.

El caso de color run ha sido el más reciente caso de interpretación del artículo. Es verdad, y lo diré aquí: si fuiste al color run, eres un espantajopo. ¿Eso te hace una mala persona? ¿Te hace intelectualmente incapaz? Yo creo que no, yo creo que todos hacemos los mismo, tal vez no en este evento, pero probablemente gastaste, alguna vez, mucho dinero en una boleta para un concierto o tal vez te compraste algo que anhelabas mucho y subiste fotos a las redes sociales.

Mi punto es que juzgar de esa manera tan arbitraria no tiene fundamento. La idea no es que mires a los demás, la idea es que te mires a ti mismo, y aprendas a controlarte, aprendas que no tienes que siempre ir a los eventos sociales exclusivos, aprendas que puedes disfrutar de una comida olvidándote de tomarle a una foto, aprendas a vestir lo que te guste y no lo que se vea mejor y entiendas que al final todos somos iguales, en las buenas y en las malas.

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(Este artículo fue escrito por un espantajopo) (Tú sigues siendo un espantajopo... especialmente si fuiste a Color Run)

domingo, 2 de febrero de 2014

The Wolf Of Wall Street -La decadencia del exceso-


Te golpea en la cara y sientes intenso dolor, pero no dejas de reírte por lo borracho que estás. Sabes bien que te vas arrepentir a la mañana siguiente, pero te vale huevo porque sabes que lo estas pasando de maravilla. Te levantas y te limpias la sangre de tu rostro que apenas te das cuenta que tenías. Intentas devolver el golpe, pero sigues riéndote y vuelves a caer. Mañana dirás que estabas fuera de ti, que no era tu intención, mañana te disculparas por el ridículo que hiciste, pero mañana, dirás también, que no lo habías pasado tan de puta madre como lo hiciste anoche.

Como una noche en la que estabas tan ebrio que le echabas los perros a la novia de tu mejor amigo es la última obra de Martin Scorsese. The Wolf of Wall Street te golpea en la cara, desde el mismísimo inicio, y no baja su intensidad en sus tres largas horas. Es una muestra de irreverencia, de buen (y retorcido) sentido del humor, de atravesar barreras, y sobre todo, de buen cine.


The Wolf of Wall Street nos embarca en un viaje episódico de la vida de Jordan Belfort, quien, entre los ochenta y noventa, se hizo ultra millonario con su empresa de corredores de bolsas. Motivado por su avaricia, Belfort incrementa su fortuna niveles ridículos al involucrarse en negocios fraudulentos y altamente ilegales. Todo esto va acompañado de su excesivo estilo de vida, lleno de una drogadicción intensa, una promiscuidad absoluta y un egoísmo atroz.

La genialidad del filme tiene como base su presentación. En ningún momento somos impulsados a juzgar al protagonista, y nos volvemos meros testigos de sus deplorables aventuras. Es una comedia, así que llegamos reírnos con el mismo Belfort y pareciera que celebramos su comportamiento. Esto de por sí causa cierto efecto, porque los actos mostrados en la película son bastante desfasados, intensos, vulgares y gráficos. Cualquier persona con sano juicio y una decente concepción de moralidad estará de acuerdo de la porquería de humano que Jordan Belfort es, pero al ver el filme, se encontrarán riéndose con él, como un viejo amigo al que le dejamos pasar sus locuras.

Esto causaría una primera impresión errónea de la obra, y creeriamos que, en verdad, se está celebrando ese estilo de vida a lo “¡A la mierda todo! ¡Tirar, esnifar coca y hacer plata es todo lo que necesito!”, pero la posición que la cinta toma es totalmente y contrario, y como ya dije, gracias a su presentación, podemos apreciar tal posición de la manera más sutil.


Son tres largas horas de duración. La intensidad no se hace esperar y en una de las primeras escenas, vemos en primer el plano el culo de una prostituta y emergiendo de detrás de este, aparece DiCaprio esnifando cocaína del susodicho culo. Esto representa todo lo que vemos después y durante esta larga duración, es todo lo que tenemos: Exceso.

No podría parar describir el montón de momentos que parecieran sacados de la obra del Marqués de Sade porque entonces nunca terminaría de escribir, pero lo que quiero que entiendan es que el exceso estaba siempre presente, en cada cuadro, en cada divertidísimo diálogo, y era repetitivo y constante. Al llegar a cierto punto, mi espalda comenzaba a molestarme por pasar tanto tiempo sentado en el asiento del cine, mi pierna comenzaba a vibrar impulsada por la ansiedad y el frío me fastidiaba. Rogaba para que Belfort muriera de una vez, siendo esa la más lógica de las conclusiones que le encontraba a la historia, y así terminar la película. Belfort no muere.


Es el hastío, el fastidio, y la repugnancia lo que sentí al salir del cine. Lo que al principio parecía divertido, se convirtió en un ciclo de repeticiones, de frenetismo que no paraba, que seguía subiendo y subiendo. Esta es la magia de The Wolf of Wall Street, y lo que parecía que sería una comedia irresponsable, se convirtió en una declaración en contra de la avaricia, del exceso y el despotismo. Después de verla, seguirás riéndote, seguirás pensando lo divertido que fueron ciertas escenas, pero sabrás que ese estilo de vida no lo querrías ni en un millón de años. “Probablemente moriría” dije yo. Así como la noche de la embarazosa borrachera, de la que sabes que la pasaste de puta madre, pero eres consciente que no es para ponerse orgulloso de esos actos.

Sobre los realizadores...


No sé si llamar esto, una retorno a la forma porte de Martin, pero es definitivamente el filme de Scorsese que se esperaba desde hace mucho. No dejo de recordar Goodfellas, y si tuviera que comparar The Wolf con alguna de sus obras anteriores, sería con esta. Puedes encontrar la misma esencia frenética, de un montaje rápido, precario y aparentemente poco profesional de Thelma Schoonmaker, así como una buena canción punk.


Quien sabe, pero es posible que la pasión con la que Marty desarrollo este proyecto debe de provenir de su intenso temor por el futuro de la industria del cine que él tanto ama. Esto lo podría corroborar la emotiva carta (bastante emocional, para cualquiera que se considere realizador o cinéfilo) dirigida a su hija, y en la cual deja expuesto sus temerosos pensamientos.

En cuanto a los actores, considero este el mejor trabajo que DiCaprio alguna vez haya realizado, y es merecedor de cuantos premios se les antoje a las organizaciones darle. Jonah Hill es espectacular y realmente encuentro grato su evolución como actor, alguien del que puedo decir, tendrá un futuro genial.

P.D: Si están pendientes, cualquiera que esté familiarizado con el medio, se divertirá con la cantidad de cameos que aparecen en esta película.

Agregadores de reseñas

Rotten Tomatoes
Metacritic
IMDb

Calificación: 9 Quaaludes de 10