Te golpea en la cara y sientes intenso dolor, pero no dejas de reírte por lo borracho que estás. Sabes bien que te vas arrepentir a la mañana siguiente, pero te vale huevo porque sabes que lo estas pasando de maravilla. Te levantas y te limpias la sangre de tu rostro que apenas te das cuenta que tenías. Intentas devolver el golpe, pero sigues riéndote y vuelves a caer. Mañana dirás que estabas fuera de ti, que no era tu intención, mañana te disculparas por el ridículo que hiciste, pero mañana, dirás también, que no lo habías pasado tan de puta madre como lo hiciste anoche.
Como una noche en la que estabas tan ebrio que le echabas los perros a la novia de tu mejor amigo es la última obra de Martin Scorsese. The Wolf of Wall Street te golpea en la cara, desde el mismísimo inicio, y no baja su intensidad en sus tres largas horas. Es una muestra de irreverencia, de buen (y retorcido) sentido del humor, de atravesar barreras, y sobre todo, de buen cine.
The Wolf of Wall Street nos embarca en un viaje episódico de la vida de Jordan Belfort, quien, entre los ochenta y noventa, se hizo ultra millonario con su empresa de corredores de bolsas. Motivado por su avaricia, Belfort incrementa su fortuna niveles ridículos al involucrarse en negocios fraudulentos y altamente ilegales. Todo esto va acompañado de su excesivo estilo de vida, lleno de una drogadicción intensa, una promiscuidad absoluta y un egoísmo atroz.
La genialidad del filme tiene como base su presentación. En ningún momento somos impulsados a juzgar al protagonista, y nos volvemos meros testigos de sus deplorables aventuras. Es una comedia, así que llegamos reírnos con el mismo Belfort y pareciera que celebramos su comportamiento. Esto de por sí causa cierto efecto, porque los actos mostrados en la película son bastante desfasados, intensos, vulgares y gráficos. Cualquier persona con sano juicio y una decente concepción de moralidad estará de acuerdo de la porquería de humano que Jordan Belfort es, pero al ver el filme, se encontrarán riéndose con él, como un viejo amigo al que le dejamos pasar sus locuras.
Esto causaría una primera impresión errónea de la obra, y creeriamos que, en verdad, se está celebrando ese estilo de vida a lo “¡A la mierda todo! ¡Tirar, esnifar coca y hacer plata es todo lo que necesito!”, pero la posición que la cinta toma es totalmente y contrario, y como ya dije, gracias a su presentación, podemos apreciar tal posición de la manera más sutil.
Son tres largas horas de duración. La intensidad no se hace esperar y en una de las primeras escenas, vemos en primer el plano el culo de una prostituta y emergiendo de detrás de este, aparece DiCaprio esnifando cocaína del susodicho culo. Esto representa todo lo que vemos después y durante esta larga duración, es todo lo que tenemos: Exceso.
No podría parar describir el montón de momentos que parecieran sacados de la obra del Marqués de Sade porque entonces nunca terminaría de escribir, pero lo que quiero que entiendan es que el exceso estaba siempre presente, en cada cuadro, en cada divertidísimo diálogo, y era repetitivo y constante. Al llegar a cierto punto, mi espalda comenzaba a molestarme por pasar tanto tiempo sentado en el asiento del cine, mi pierna comenzaba a vibrar impulsada por la ansiedad y el frío me fastidiaba. Rogaba para que Belfort muriera de una vez, siendo esa la más lógica de las conclusiones que le encontraba a la historia, y así terminar la película. Belfort no muere.
Es el hastío, el fastidio, y la repugnancia lo que sentí al salir del cine. Lo que al principio parecía divertido, se convirtió en un ciclo de repeticiones, de frenetismo que no paraba, que seguía subiendo y subiendo. Esta es la magia de The Wolf of Wall Street, y lo que parecía que sería una comedia irresponsable, se convirtió en una declaración en contra de la avaricia, del exceso y el despotismo. Después de verla, seguirás riéndote, seguirás pensando lo divertido que fueron ciertas escenas, pero sabrás que ese estilo de vida no lo querrías ni en un millón de años. “Probablemente moriría” dije yo. Así como la noche de la embarazosa borrachera, de la que sabes que la pasaste de puta madre, pero eres consciente que no es para ponerse orgulloso de esos actos.
Sobre los realizadores...
No sé si llamar esto, una retorno a la forma porte de Martin, pero es definitivamente el filme de Scorsese que se esperaba desde hace mucho. No dejo de recordar Goodfellas, y si tuviera que comparar The Wolf con alguna de sus obras anteriores, sería con esta. Puedes encontrar la misma esencia frenética, de un montaje rápido, precario y aparentemente poco profesional de Thelma Schoonmaker, así como una buena canción punk.
Quien sabe, pero es posible que la pasión con la que Marty desarrollo este proyecto debe de provenir de su intenso temor por el futuro de la industria del cine que él tanto ama. Esto lo podría corroborar la emotiva carta (bastante emocional, para cualquiera que se considere realizador o cinéfilo) dirigida a su hija, y en la cual deja expuesto sus temerosos pensamientos.
En cuanto a los actores, considero este el mejor trabajo que DiCaprio alguna vez haya realizado, y es merecedor de cuantos premios se les antoje a las organizaciones darle. Jonah Hill es espectacular y realmente encuentro grato su evolución como actor, alguien del que puedo decir, tendrá un futuro genial.
P.D: Si están pendientes, cualquiera que esté familiarizado con el medio, se divertirá con la cantidad de cameos que aparecen en esta película.
Agregadores de reseñas
Rotten Tomatoes
Metacritic
IMDb
Calificación: 9 Quaaludes de 10
MUY BUENA RESEÑA!!!!!
ResponderBorrarPues yo estaba dudando al ver que dura tres eternas horas, pero leer tu reseña me ha hecho cambiar de opinión.
ResponderBorrarSi como dices es el mejor trabajo de leonardo di Caprio (y eso ya es decir mucho) es algo que se tiene que ver.
Amé tu reseña y sigue así, deberías hacer una critica de American Hustle, quisiera tu opinión sobre el desempeño como actriz de reparto, Jennifer Lawrence.
Saludos!