He querido hablar de este tema desde hace ya un tiempo, pero
no encontraba oportunidad para hacerlo. Hace unas semanas aproveché una función
especial en cine, aquí en Bogotá, para ver un reestreno de “El Padrino”
(Francis Ford Coppola, 1972). La oportunidad de ver semejante clásico de hace más
de 40 años de edad, era algo que no podía perderme, así que ese día me preparé
psicológicamente y me alisté para las tres horas que me esperaban.
La disfruté tremendamente, mucho más de lo que lo había hecho
la primera vez. Probablemente porque cuando la vi en DVD esa primera vez,
todavía era un novato viendo cine. De todas formas salí encantado, todo me fascinó,
las actuaciones, los personajes, las ironías que la misma historia implicaba y
la simplicidad de la narración que la volvía más potente. Definitivamente, este
tipo de cine me deja siempre con una sonrisa.
Tanto fue mi entusiasmo que emprendí una nueva tarea que me
había intrigado desde hace ya tiempo. Si la película era así de buena, ¿Qué tan
genial podría llegar a ser el libro en que estaba basada? Con ese mismo
entusiasmo averigüé sobre la obra del mismo nombre de Mario Puzo. Un poco de
investigación te dejaba saber que él, había colaborado en la adaptación de su
propio libro, trabajando como co-guionista junto a Francis Ford Coppola y que
por este trabajo había recibido un Oscar.
Había una predisposición en mi cabeza antes de siquiera comenzar
a leer. En alguna parte vi afirmar, que este era uno de esos casos raros en los
que la película superaba al libro en el que estaba basada. Me parecía curioso
ya que, en general con las otras películas, las opiniones eran totalmente lo
contrario. De alguna manera, los filmes casi nunca lograban adaptar las obras
con gran éxito (artístico por supuesto), y “El Padrino” supuestamente no solo
la adaptaba correctamente, sino que además superaba a la obra original.
Para resumir, leí el libro en más o menos dos semanas. Fue
entretenido en su mayoría, y disfruté mucho de la manera de escribir de Mario
Puzo, ya que no exigía mucho y era fácil dejarse llevar por la narrativa. La
historia… fue la misma. Los mismos personajes (Michael, Vito, Sonny, Sollozo,
los Tattaglia, etc.), los mismos lugares y más exactamente aún, los mismos
sucesos. Para los que ya hayan visto la película sabrán cuales son estos.
La diferencia más notoria
entre el libro y la película era la obvia cantidad de información que es
omitida en el filme. Esto -como imagino las personas con inteligencia decente
entenderán- es algo inevitable en la industria. La literatura tiene la
facilidad, en comparación con el cine, de incorporar grandes cantidades de
información sin perjudicar la experiencia de la obra. Un libro lo lees tan
rápido como tu comodidad te lo permita, una película tiene un tiempo específico
y si te perdiste de algo, tienes o que devolver la cinta, lo que interrumpe la
experiencia drásticamente (en caso de reproductores caseros), o dejarlo por
perdido.
Estas omisiones de la información están dadas para permitir
siquiera la existencia de la película y están diseñadas de tal modo que no
afecte el foco principal de la narración. Obviamente El Padrino es un caso en
que estas omisiones no la perjudican en lo absoluto, ya que es capaz de
sostenerse a sí misma con lo que ya tiene.
Ahora, la siguiente diferencia sí es más sutil y se trata de
los pequeños diferentes enfoques en las respectivas obras. Y digo que son sutiles
porque son casi diminutos, pero de diminuto en diminuto llega a acumularse en
algo bien grande y a pesar de que no se pueda decir que es una obra totalmente diferente,
si puedo decir que deja un sentimiento desigual en varios aspectos de la
historia, pero el sentimiento general de ambas obras llegar a ser prácticamente
el mismo.
¿Es el libro bueno? Sí, no es un hito literario, pero es una
muy buena historia que sobre todo, es humana. Entonces ¿Cuál es mejor, el libro o la película?... La
pregunta que importa ¿No? Pues la verdad (mijiticos) es que no, no interesa y
aquí les viene el porqué.
Librito: "¡Soy mejor que la película!" |
Primero quiero hablar sobre esa tendencia, ese pensamiento
general, que creo yo, ya está muy arraigado en la cultura general. “El libro es
siempre mejor que la película” es una frase bastante pretenciosa, que hoy en día
se escucha en boca de todos y lo dicen con cierta vehemencia, pero sin entender
la connotación y el poder que esta afirmación en general puede causar.
Para su información, el 70% del producto, nada más de
Hollywood, que sale cada año está basado en una obra de diferente medio. Esto
demuestra, no solo la falta de ideas originales de hoy en día, sino también el
hecho de que muchas de esas películas son lo suficientemente capaces de
sostenerse a sí mismas, y que por más que puedas leer todos los libros en los
cuales se basó más de la mitad de la producción hollywoodense, es imposible que
no encuentres un filme que sobresalga de la sombra de la obra original.
Pero incluso las probabilidades no importan, porque al fin y
al cabo, son diferentes experiencias y diferentes disciplinas. Son artes que
tienen similitudes, pero que no son lo mismo y que ofrecen obvias cualidades
particulares, distanciadas una de la otra. Si te llega la idea a tu cabeza de
querer comparar ambas disciplinas para saber cual es mejor, no podrías
agarrarte de ningún argumento, que no sea tu experiencia personal con cada uno,
tu gusto.
Pero no me malinterpreten. No creo que un arte pueda ser
mejor que otro, pero sí que muchas veces las adaptaciones no logran ser
acertadas. Ocurre mucho que una obra muy apreciada es adaptada y no se logre
captar la esencia de esta, que al final es lo importante. Pero no se puede
generalizar que, por estos deslices, el problema abarque a todas las
adaptaciones. Es más, incluso ocurre que la intención de la adaptación es usar
los mismos elementos de la historia para formar algo totalmente
diferente, fallando en adaptar la esencia de la obra, pero consiguiendo algo
diferente de igual o más valor.
Pareciera que esto fuera lo que en inglés se conoce como un
“No Brainer”, algo que en verdad no se necesita racionalizar tanto, sino que pertenece
más al sentido común. Lastimosamente somos criados en una cultura y sin en
verdad prestar atención, adoptamos creencias que realmente no interiorizamos,
sino que las aceptamos sin tapujos. Así que volviendo a la pregunta de “El
Padrino”, la cuestión no es si el libro o la película es mejor, la cuestión es
¿Cuál experiencia te gusto más?... Al final debatir gustos es una espiral
estúpida e interminable. El viejo refrán nunca pudo ser más acertado. “Entre gustos
no hay disgustos”.
Adenda
Me gusto más la película. El libro es bueno, como
dije, pero la forma en que los protagonistas son presentados en el filme, me
parece más acertada. Son pequeñeces; sonrisas, gestos, y pequeñas acciones, que
son más acorde a la naturaleza de la historia.
Comparto la misma opinión... En seguida que alguien me hace un comentario sin titubear de que el libro es mejor que la película, me doy cuenta que no sabe del tema realmente, sino que es puro prejuicio. En definitiva "no brainer"
ResponderBorrarSi, Daniel, tu lo dijiste, puro prejuicio. ¡Gracias por leer y ojala sigas el blog!
BorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarCreo que ese "malentendido cultural" como lo llamas, se debe a la creciente ola de películas realizadas por la presión de la fanaticada para la realización de la película,por supuesto las compañías realizadoras no se negarán a tan gran entrada de dinero. Tomándolo desde este punto de vista, uno como lector fanático se pone la tarea de ser crítico, lo triste es que esas críticas vienen de alguien que no ha hecho el análisis que tu realizaste en cuanto al tiempo y no ha interiorizado que son diferentes artes. Pensar "yo vine a ver la película BASADA en" no está en nuestra mente, lo que realmente pensamos es que "yo vine a ver LA PELÍCULA del libro". Pero pienso que a lo mejor es una ola, pues como tu afirmas, a lo mejor más cosas de lo que pensamos están basadas en libros, cosa que de verdad ignoramos. Creo que muy pocos saben que el padrino tiene libro. Tal vez esa cultura de criticar también tiene que ver con la madurez del filme, ya que la gente que se queja de HP y Crepúsculo es más ruidosa, pues son sagas que llaman más a niños y adolescentes, y además cargan con un basto y espeso jardín de seguidores. Yo personalmente no he oído muchas quejas del Señor de los Anillos, así que por ahí también puede ir la cosa.
ResponderBorrarSi es verdad, los fanáticos juegan un papel muy importante en esta "ola" y siempre van a querer un trabajo a sus expectativas sin tener consideración con la obra como tal.
BorrarUn caso curioso es la saga de El Señor De los Anillos, que han sido muy bien recibidas por los fanáticos, pero los mismos que mantienen el legado de Tolkien (entre ellos su familia) las desprecian abiertamente, diciendo con captaba la esencia de la obra original.
De todas formas mi punto es que no se puede medir en ninguna escala, si uno es mejor que el otro, dejando fanatismos a un lado (que jamas son buenos).