Ha venido mi atención estas últimas
semanas el número creciente de mujeres –la mayoría jóvenes- que inundan las
redes sociales y el internet en general, con consignas anti-machistas y un soberbio
orgullo de mujer. Se hacen llamar feministas y se les nota la pasión cada vez
que defienden esa etiqueta, que se han auto impuesto, con temeraria intensidad.
Las ves en todas partes, en serio. En Facebook atacan fotos que denigran a las
mujeres, en Twitter claman por el fin del patriarcado y en Tumblr existen blogs
enteros dedicados a esta causa (aunque no haya ni una palabra en estos y solo
tenga fotos que describen lo genial que es ser feminista).
Mi posición con el tema del feminismo es
bastante franca y sinceramente, soy de los que creo en la igualdad de género. También creo que
en muchos países la cultura de igualdad aún no ha tomado muchas fuerzas y por
esto los derechos de muchas mujeres llegan a ser violados, incluso sin que
ellas mismas se den cuenta. Además, creo que la cultura de la igualdad no solo
existe para detener hechos atroces, como la violencia contra la mujer, sino que
busca que haya igualdad hasta en las partes más mínimas de la sociedad que
hemos construido, y con esto me refiero a simples derechos civiles -iguales
oportunidades de trabajo, derecho al sufragio, etc.-.
Ahora, ¿Qué pasa con las jóvenes
y modernas feministas de internet? Pues que se han vuelto excesivamente agresivas
ante cualquier minucia que parezca ir en contra de su pensamiento. Tristemente
estas jóvenes han tomado el camino de la radicalidad y se han vuelto obsesivas
en revisar a la cultura popular para poder aislar los elementos misóginos de
estas y acabarlos a punta de comentarios insultantes que braman la indignación
de la mujer a la que se le hieren sus derechos.
Al fin de cuentas no me debería
importar, como ustedes deberían saber, cada quien con su cuento. Pero lo que me
obliga a mirar a este movimiento y que me preocupa, es que muchas de estas “feministas”
están ganando notoriedad, seguidores, y con esto, mucha influencia. Personalmente,
le temo mucho a esa influencia, pero no por las razones más alarmistas que
alguien tal vez pueda pensar (¡Oh Dios! ¡Se van a tomar el mundo!) Sino por esa
misma critica que ellas tienen hacia la cultura popular y los medios.
Seguro muchos ya han oído sobre
varios casos de películas, canciones, programas de televisión, libros,
videojuegos y campañas publicitarias, que son criticadas fuertemente por su
contenido ofensivo y violento contra de la mujer. Ustedes pensarían que esa es una
actitud deplorable por parte de los medios ¿Verdad? ¿Y si yo les dijera que
muchas de esas piezas que son tan fuertemente criticadas por estas feministas, también
son las favoritas de ustedes?
Veamos algunas de estas. El
Padrino es una película en la que los hombres predominan como entes poderosos
de los cuales las mujeres tienen que depender y asistir. La Ciudad y Los Perros
es una novela que se centra en las luchas de los hombres para probarse a sí
mismos, acosta de las mujeres quienes se vuelven trofeos. La Leyenda de Zelda
es un videojuego que refuerza el estereotipo de que las mujeres necesitan ser
salvadas por un hombre.
Ese último párrafo es una
muestra de cómo estas “feministas” miran a los medios. No es invento, es así
como se expresan. Toman las obras, las sacan de contexto, y atacan los
elementos de referente misógino, sin en verdad evaluar la obra objetivamente.
¿La solución que ellas tienen para acabar con la difamación de la mujer? La eliminación
y extracción social de todo este tipo de obras.
¿Ven por qué temo? Si alguna
de estas mujeres llegara a tomar mucha influencia, tanto así que podría afectar
los medios, sería una situación bastante triste. Ese pensamiento radical solo
aboga por una solución basada en la censura, y a pesar de que yo mismo pienso
que los medios de hoy en día deberían tomar una posición más adecuada hacia las
mujeres, no creo que la solución sea la censura. De hecho, la censura nunca es
una solución.
En lo que respecta a estas
feministas, no sé si en verdad lo son. De la información (fácil de hallar) que pude leer en internet, encontré que el feminismo hoy en día evolucionó a un término que no solo se
refiere a los derechos de las mujeres –como fue en sus inicios- sino a la
igualdad de género como tal, esto incluye los derechos de los hombres también.
Lo que veo en estas feminazis (como he oído llamarles, incluyéndome) es que no
tienen ninguna intención de buscar una igualdad, sino más bien de señalar cada
vez que una mujer está en desventaja ante un hombre y nunca al revés. No me sorprendería
saber que muchas de estas mujeres, se rehúsan a pagar la cuenta del restaurante.