domingo, 28 de febrero de 2016

Las 16 mejores películas del 2015



Puede que haya llegado tarde a la fiesta de artículos y tops sobre las mejores películas de 2015; muy probablemente ustedes ya habrán leído infinidad de estos a finales del año pasado y a comienzo de este, pero decidí esperar hasta finales de febrero para poner mi diminuto grano de arena, creyendo que es lo mejor para este blog porque: 1) Los Oscar son hoy y me pareció una fecha adecuada (Ojo, sin ser influyente) y 2) porque tenía que darme un poco más de tiempo para ver películas que apenas están llegando al país.

Sin embargo, no alcance a verlas todas, o por lo menos no todas la que me interesa ver. Un gran faltante, por ejemplo, es Anomalisa de Charlie Kaufman, cineasta por el que tengo una pequeña, pero gratificante obsesión, y que probablemente hubiera tenido un lugar en esta lista.

Otras películas que dejaron de aparecer, a pesar de que creo que fueron cintas destacables, fueron Room de Lenny Abrahamson, con una actuación espectacular de Brie Larson, quien probablemente se lleve la estatuilla, y The Martian de Ridley Scott, la cual fue tremendamente divertida (No, no como una comedia), pero bastante convencional. Consideren este párrafo como las menciones de “honor”.

Aunque la fecha parezca sugerirlo, la decisión para elegir estas películas no estuvo influenciada por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas estadounidense. Si bien, muchas de las cintas que aparecen aquí están nominadas de forma grande o pequeña, la idea de este artículo no es referenciar a los Oscar. Todos los años solía hacer una especie de “predicción” en este blog sobre que películas ganarían que oscares, y la verdad es que ya no lo quiero hacer. Prefiero enfocarme en hablar sobre películas que verdaderamente me gustaron y no validar la opinión de una institución solo porque este se vende a sí misma como la mayor autoridad.

Esto no quiere decir que no vaya a ser parte del juego. En pro de no aguar la fiesta para todos, al final encontrarán una pequeña lista de las cintas que creo deberían ganar premios en ciertas categorías, independientemente de que si están nominadas o no.

Las películas que escogí para esta lista están aquí porque fueron de las experiencias más interesantes que tuve el año pasado en una sala de cine. No son películas perfectas, tampoco es que tengan que serlo, pero definitivamente creo que es del cine más interesante que se ha hecho en la ultima década. Cada una de estas cintas tiene algo único que decir y empujan el arte hacia una realización más honesta y original dentro de la industria, y merecen ser compartidas.

Entonces, sin más preámbulos y en orden alfabético, estas fueron mis películas favoritas del 2015:


Beasts of No Nation



Una de las cintas más ignoradas del año pasado, incluyendo la excelente actuación de Idris Elba. Su director, Cary Fukunaga, ya había demostrado gran talento con su primera película, Sin Nombre, y su espectacular trabajo al dirigir toda la primera temporada de la serie de HBO True Detective, pero es con esta cinta que el joven director se establece como uno de los cineastas más interesantes trabajando actualmente. Reciclando ideas de su opera prima, pero de forma más madura, Beasts of No Nation es un relato visceral, sangriento y muy difícil de ver. Fukunaga guía a la audiencia en un paseo por el infierno y reconoce que los pañitos de agua tibia que la comodidad occidental nos hace pensar como soluciones son todo menos que eso. Aun así, dentro de la realidad de los niños soldados de áfrica, el director encuentra espacio para otorgarle un poco de esperanza a la tan dan dañada humanidad que presenta aquí.

Carol


Este es probablemente el mejor romance del año pasado. Enternecedora e inteligentemente dirigida, Carol se alza como una cinta que no solo se suma al reconocimiento de los derechos LGTBI, sino que también sirve como una demostración de realización sólida, tanto narrativa, como temáticamente. Todd Haynes, su director, dirige la cinta con gran meticulosidad, haciendo del trabajo de cámara un personaje más. La actuación de las protagonistas Rooney Mara y Cate Blanchett es fantásticamente sutil y preciso, lo cual es mucho más impresionante cuando toda la película es puesta sobre sus hombros. Aunque sería ingenuo contar estas historias ignorando las connotaciones sexuales, lo que más me gusto de esta cinta fue su enfoque, haciendo que la historia no se tratara sobre el ya trillado descubrimiento sexual, sino en el desarrollo de la relación de sus personajes. Carol es una película que pondrá a prueba el cinismo de las audiencias modernas y las dejará satisfechas.


Dope


No es la historia más original, pero es jodidamente divertida. Dope de Rick Famuyiwa será uno de los referentes para las nuevas tendencias progresistas que se darán en el cine comercial. Aun cuando su ejecución es bastante convencional, los aspectos sociales que el filme aborda con gran naturalidad lo vuelven tremendamente refrescante. Las cintas que involucran a adolescentes en el cine norteamericano suelen ser bastante artificiales, y a pesar de que esta historia no sea la más realista, la representación que hace de la adolescencia como un estado de constante fluidez cultural es suficiente para hacer a los personajes más reales y empáticos. Puede que llegue a ser a veces un poco sermoneadora, pero nada que pueda lastimar la experiencia. Y la música… puede ser usada como único argumento para convencer a alguien de ir a ver esta película.


El Abrazo de la Serpiente


Desde que vi Los Viajes del Viento de Ciro Guerra, la he considerado como mi película colombiana favorita. Con el estreno de la última cinta de este director, esa posición se vio desafiada, y aunque todavía no tomo una decisión, lo que sí puedo definir ahora es que El Abrazo de la Serpiente es una de las mejores cintas nacionales jamás estrenadas; y no es necesario una nominación para afirmar eso. Bellamente fotografiada y comparable con el trabajo de artistas de la talla de Kubrick, Ciro Guerra usa las herramientas que el Amazonas le provee para contar una historia fiel a esta región y no sé deja atrapar por intenciones superfluas o políticas. La cinta está construida desde una visión humana antes que nada y hace un esfuerzo de conciliar las visiones del mundo indígena con las del mundo “civilizado”. A pesar de estar en blanco y negro, esta es posiblemente uno de los retratos del Amazonas más sincero que se haya realizado en cine.

Ex Machina



De las películas que pude reseñar el año pasado, esta es tal vez una de las que más disfrute. Una cinta que ya comparé con las obras más grandes de la ciencia ficción en el cine y que es capaz de plantear preguntas sobre lo que significa ser humano. De gran fuerza visual y filosóficamente evocativa, Ex Machina se convertirá eventualmente en una de esas películas de culto de visionado obligatorio. Oscar Issac, Domhnall Gleeson y Alicia Vikander sobresalen con sus actuaciones y le dan forma al ambiente hostil, estéril y asfixiante que la cinta impone. Alex Garland básicamente dirige una carta de amor al género, pero le permite a su película ser mucho más que un homenaje. Es perturbadoramente fascinante y de las cintas que se encuentran en esta lista, una de las que más les invito a que vayan a ver.

Macbeth



Traducir Shakespeare al cine no es fácil y Macbeth de Justin Kurzel es prueba de ello. La mayoría del texto clásico es pasado al guion de manera literal, inundando los diálogos con los “Thys” y Thees” de un inglés anticuado y dejando el estilo descriptivo del lenguaje teatral, que choca con el mismo lenguaje cinematográfico. En un principio pareciera que las dos formas, cine y teatro, no tuvieran cabida en el mismo lugar, pero Kurzel apuesta por un estilo visual épico. El profundo trabajo de diseño de producción, fotografía y efectos especiales, le otorga a la clásica historia una gravedad única y un acercamiento a los personajes bastante íntimo. Ver Macbeth es ver el espectáculo del cine en acción, en donde se traduce un texto poco accesible para las audiencias modernas, en un lenguaje visual tan poderoso que en vez de utilizar las palabras como meras direcciones narrativas, sobresale en lo que su contraparte teatral es experta: las emociones. Puede que el afán por realismo lastime un poco la experiencia, pero no deja de ser un visionado interesante.

Mad Max: Fury Road


Tal vez el único estreno que verdaderamente importó el año pasado. La continuación que George Miller hace del mundo de Mad Max, que creó en los 70, es espectacular. Precisa, inmensamente creativa y, sobre todo, en sumo entretenida; Fury Road simboliza todo por lo que se paga una boleta de cine. A pesar de que se adentra en un género que está más que trillado, la cinta nunca se siente rezagada narrativamente y la colección de personajes que conforma el elenco está llena de originalidad. Probablemente la mejor protagonista que he visto en mucho tiempo, la Furiosa de Charlize Theron, ejemplifica como se debe construir un personaje sin recurrir a la exposición innecesaria de información. Muy bien podríamos afirmar que Mad Max es la convergencia de más de un siglo de realización cinematográfica y no sería raro que la tomaran como “biblia” para hacer películas. Es prueba de que las historias pueden ser grande, sin importar el género del que vengan.

Mistress America


Una película que muy pocos habrán visto, Mistress America es un pequeño tesoro de la comedia del año pasado. Protagonizada por Greta Gerwig y dirigida por Noah Baumbach, dioses del mumblecore, que ya habían colaborado para realizar la fabulosa Frances Ha, vuelven a unir fuerza para contar una historia mucho más particular. La cinta trata sobre la obsesión de una estudiante de literatura con su nueva media-hermana y como esta sirve de inspiración para un cuento que le permitirá ser parte de un grupo selecto de su universidad. A medida que la historia avanza, las situaciones en que los personajes se ven envueltas toman la ruta del absurdo, al mejor estilo Woody Allen, satirizando las preocupaciones de la juventud de clase media-alta. La cinta es sencilla pero efectiva y una buena mirada al absurdo que muchos jóvenes que aspiran a ser algo en la vida se encuentran hoy en día.

Sicario


Denis Villeneuve es tal vez uno de los cineastas más interesantes de esta generación. A pesar de tener un buen, pero callado inicio, con su primera película Incendies, Villeneuve asombro a todos con dos estrenos en 2014 que parecían polo opuestos de un espectro. Prisoners, una película de género que dejo en claro la fuerza estética de la visión de este director, y Enemy, una zambullida en el surrealismo que debió de dejar a más de uno con la boca abierta, pavimentaron el camino para la gran expectativa de su siguiente filme: Sicario. Una historia de venganza que es contada por medio de una puesta en escena tensiónate. A pesar de que la película tenía potencial para convertirse en una cinta de acción convencional, el director presiona los límites de la historia para convertirla en una experiencia sensorial. Este es tal vez mi papel favorito de Benicio del Toro, pero Emily Blunt realiza un excelente papel y todo esto capturado por la siempre espectacular fotografía de Roger Deakins. Sicario es otra de las grandes ignoradas, tristemente.

El Hijo de Saul


Tal vez lo más impresionante de esta película es que sea una ópera prima. El nivel de experticia que se encuentra aquí, tanto narrativa, como conceptualmente es de verdad impresionante. El Hijo de Saul cuenta la historia de Saul Ausländer, un judío-húngaro prisionero en Auschwitz, que trabaja como un Sonderkommando quemando los cadáveres de las cámaras de gas. En medio del horror de su trabajo, Saul encuentra el cuerpo de un niño, quien según él es su hijo, y busca darle santa sepultura. Géza Röhrig, quien interpreta a Saul, describe a su personaje como “el último testigo de Dios”, alguien que busca realizar un acto humano, dentro una situación que ya perdió todo rastro de humanidad. László Nemes, el director, probablemente filmó el retrato más visceral que se haya hecho del holocausto. Siempre en un plano cerrado, las atrocidades solo podemos verlas como guiños en los bordes de la pantalla, lo cual es suficiente para entender que, aunque no lo viéramos, la mísera ya se había apoderado del protagonista. Un excelente trabajo de sonido, un gran ejemplo del “menos es más”, y un visionado obligatorio.

Spotlight


Puede que Spotlight no sea la película con la propuesta visual más pomposa, pero no lo necesita. El drama procesal que Tom McCarthy dirigió sobre el trabajo que el equipo de investigación del Boston Globe realizó acerca de la pedofilia rampante dentro de la iglesia católica, no tiene pretensiones más de las que relatar. El director sabe cuánto pesa la historia que está contando y deja que ese mismo peso dirija las emociones de la audiencia. Las actuaciones de todo el elenco son esenciales, principalmente porque no hay un afán de protagonismo gracias a que los actores reconocen la naturaleza factual de las situaciones que enfrenta. Una paleta de color pálida y las puestas de escenas reducidas son lo necesario para darle el protagonismo a quien lo merece ene esta película: el periodismo.

Steve Jobs


Si hay una película que sobresale en los elementos más básicos de la realización cinematográfica, esa Steve Jobs. Un gran guion, una emocionante dirección, una edición precisa y una fotografía inteligente, dinámica y conceptual. Para la audiencia convencional, Steve Jobs pareciera una película incompleta, siendo que el género del biopic ha acostumbrado a estas a una narrativa directa y cronológica; pero al fracturar el estilo habitual Danny Boyle y Aaron Sorkin se permiten explorar al personaje que le da título a la película de manera más intima. Steve Jobs no funciona como un viaje en el que ciertos puntos tienen que ser alcanzados, sino que prefiere mirar por ciertas ventas para entender los aspectos más importantes de una persona. Una película lamentablemente menospreciada.

Tangerine


De esta película se necesita hablar más. Tangerine es dirigida por Sean Baker quien realizó esta cinta con un presupuesto ínfimo y la filmo con las cámaras de cinco iPhone 5s. Si bien tal proeza no se nota de a mucho en resultado final, la película establece un comentario sobre la necesidad de contar historias diferentes. El hecho de haber sido filmada con celulares solo complementa una trama bizarra, pero real, que gira en torno a las prostitutas transgénero de Los Ángeles. Las protagonistas Kitana Kiki Rodríguez y Mya Taylor trabajan por primera vez como actrices, pero sobresalen de gran manera, demostrando gran sensibilidad para saltar entre la comedia y el drama. El director citó el dogma 95 de Lars Von Trier como inspiración, pero este movimiento nunca se sintió tan vivo y entretenido.

The Big Short


Si esta lista hubiera sido un top, creo que esta película estaría en el puesto número 1. Puedo decir con confianza que mi película favorita del 2015 es The Big Short, una cinta capaz de superar los límites de la comedia comercial gringa, para contar una historia sumamente importante. Adam Mckey, a pesar de ser un director de comedias como Anchorman: The Legend of Ron Burgundy o Step Brothers, demuestra gran sensibilidad dramática para retratar la crisis económica del 2008. La dirección es inteligente y no tiene ningún complejo para reconocer que el tema que tratan, es en extremo complicado para la audiencia tradicional. Pero The Big Short no es grande porque tenga buenos chistes, o porque tenga uno que otro cameo de celebridades explicando conceptos complejos de economía, sino porque desde la comedia es capaz de abordar lo absurdo de la situación. El cine de hoy en día necesita más historias así. Que sean frenteras, que se burlen, y que, sin pena, hagan todo lo posible para abrirle los ojos al público. Esta cinta logra que nos riamos, pero con vergüenza, de nuestra propia estupidez.

The Hateful Eight


La obsesión que Tarantino tiene con sus propias ideas puede que esté tomando lo mejor de él y sus historias, pero es innegable que sus estrenos son bienvenidos como productos necesarios y refrescantes, dentro de un Hollywood que se está quedando progresivamente sin ideas. Violenta, gráfica y tremendamente divertida, The Hateful Eight puede que no sea el filme más coherente del director, pero sin duda una declaración sobre el cine de autor, que Tarantino impone con orgullo. Por lo menos, en lo que respecta a la banda sonora, esta es mi favorita del año pasado.

World of Tomorrow


No sé hasta qué punto sea justo poner un corto animado aquí, siendo que la verdad he visto muy pocos cortos el año pasado ¿Merecen una lista aparte? No lo sé, pero lo que sí sé es que no pude ignorar la última animación de Don Hertzfeldt, rey de la figura en “palito”. Si bien, la carrera de Hertzfeldt empezó con su corto Rejected, el cual era bastante surreal y absurdo, los filmes del director han tomado una madurez temática que convergen World of Tomorrow, que, sin abandonar la simpleza de sus dibujos, lo absurdo de sus situaciones y su particular comedia, crea una historia con fuertes implicaciones filosóficas.

Deberían ganar:

Mejor película: The Big Short
Mejor director: George Miller (Mad Max: Fury Road)
Mejor actor: Eddie Redmayne (The Danish Girl)
Mejor actriz: Brie Larson (Room)
Mejor actor de reparto: Idris Elba (Beasts of No Nation)
Mejor actriz de reparto: Alicia Vikander (Por cualquiera de las dos: Ex Machina o The Danish Girl)
Mejor película extranjera: El Abrazo de la Serpiente (Un poco de orgullo nacional no hace daño)
Mejor guion original: Alex Garland (Ex Machina)
Mejor fotografía: Emmanuel Lubezki (The Revenant) (Aunque ya se lo deben a Deakins)
Mejor guion adaptado: Adam Mckey y Charles Randolph (The Big Short)
Mejores efectos visuales: Mad Max: Fury Road
Mejor edición: Elliot Graham (Steve Jobs)
Mejor corto animado: World of Tomorrow (Porque fue el único que vi)
Mejor sonido: El Hijo de Saul
Mejor diseño de producción: Colin Gibson (Mad Max: Fury Road)