viernes, 3 de marzo de 2017

Las mejores películas del 2016


Este artículo iba empezar con una reflexión sobre la calidad de películas que fueron estrenadas en el 2016, pero mi ingenuidad no duró mucho al darme cuenta de que esa sería una terrible forma de trivializar uno de los años más interesantes que hemos tenido en nuestra historia reciente.

Tampoco es que pueda hacerle justicia hablando de este en unos pocos párrafos, pero creo que es importante tener en cuenta que los medios y el entretenimiento en general, fueron permeados de una u otra manera por el volátil panorama político. A la hora de escoger lo que creo fueron las mejores películas del año pasado, creo que es inevitable tener en cuenta dentro de que contexto fueron estrenadas estas cintas. El escapismo puro, por lo menos este año, estuvo muerto.

Por supuesto esto no quiere decir que, como los insufribles discursos de aceptación de premios en que cada ganador quiere extender su presencia mediática haciendo declaraciones políticas torpes, yo intentaré embutir mis opiniones sociopolíticas a quien lea esto. Todo lo contrario; aquí vamos hablar de películas.

Dejando eso en claro, cuando me dispuse a realizar esta lista me sorprendí con la cantidad de buenas cintas que fueron estrenadas este año. Más de lo esperado, dado que el verano de blockbusters estuvo lleno de un estreno terrible tras de otro. Sin embargo, tanta fue la cantidad de cosas interesantes que vi, que no me bastó hacer una sola lista. Por lo que hice 4.

Ahora, no voy aburrirlos con cuatro largas listas de películas clasificadas de la manera más arbitraria, pero sí haré distinción entre el tipo de cintas que quiero recomendar, a modo de “menciones honoríficas”, ya que muchas de estas caen dentro de patrones que noté en la industria y creo que son relevantes comentar. Por supuesto, al final, una lista convencional de lo que creo fueron las mejores películas va porque va.

No las vi…


Hice un esfuerzo para intentar ver todos los filmes que me llamaron la atención del año pasado, pero hubo fuerzas mayores, entre cuestiones de distribución y medios… no tan legales, que no me permitieron hacer todo el visionado que quería.

Entre esas está Paterson de Jim Jarmusch, protagonizada por el emergente Adam Driver, la cual tuvo un recorrido sonoro entre varios festivales y fue alabada por la crítica. Jarmusch siempre ha sido un director emocionante y me frustra el hecho de que todavía no he podido ver su cinta.

Otras cintas que tengo pendientes son: The Fits de Anna Rose Holmer, The Handmaiden de Park Chan-Wook, el homenaje feminista a las b-movies The Love Witch de Anna Biller, y el segundo estreno del año de Jeff Nichols, Loving, la cual espero sea mucho mejor que Midnight Special.

Tampoco pude ver ciertos documentales que llamaron mi atención como OJ: Made in America de Ezra Edelman, cuyo tema también dio para una serie de FX (también pendiente), Weiner de Josh Kriegman y Elyse Steinberg, que cuenta la estrepitosa caída del político Anthony Weiner (cuya historia es tan ridícula y entretenida que les sugiero investigarla) y I Am Not your Negro de Raoul Peck, un retrato de la lucha por los derechos civiles narrado por Samuel L. Jackson.

De documentales…


Entre mi lista de las mejores películas encontraran un solo documental, pero definitivamente no es el único destacable. Este año Werner Herzog nos agració con dos filmes fenomenales; Lo and behold: reveries of the connected world online e Into The Inferno, los cuales son contados desde su particular y entretenida fascinación con estos temas.

Noah Baumbach, dios del mumblecore y director de películas como Frances Ha (2012) y Mistress America (2015), sorprendió con un documental sobre el gran Brian de Palma, simplemente titulado De Palma. Una larga entrevista en la que el director hace remembranza sobre toda su filmografía, describiendo desde los obstáculos que constantemente enfrentaba en Hollywood, hasta su particular sensibilidad estética por la que todo fan de él lo conocemos.

Estén de acuerdo con él o no, Michael Moore es un iniciador de conversaciones importantes que debemos tener ahora mismo. Si bien, su documental Where to invade next pueda estar sesgado por las inclinaciones políticas de su director, la realización es impecable y creo que su mensaje es claro y es cierto: el progreso no solo es posible, sino que está sucediendo ahora mismo.


…y el horror



La evolución que ha tenido este género durante los últimos años ha sido fascinante. Antes, esperar calidad del cine de terror era como pretender que tu McDonald’s ofreciera carne a las finas hierbas, o alguna estupidez así.  Ahora, muchos directores se han lanzado a intentar expandir el género y explotar un potencial para contar historias más interesantes.

El año pasado a este, ya habíamos visto cintas interesantes que hacían exactamente esto, como It Follows (2015) y Goodnight Mommy (2015), y este año hubo muchas más.

Comenzando por 10 Cloverfield Lane, la cual no fue perfecta y con la que muchos tuvieron problemas con ese final. No obstante, es innegable que lo que hizo Matt Reeves fue dirigir suspenso impecablemente, mientras extraía una de las mejores actuaciones de John Goodman.

Dos películas del género no tuvieron su éxito en las salas de cine, sino en los servicios de streaming. En Netflix, The Invitation, de Karyn Kusama, fue una experiencia que me dejó con la boca abierta, ya que fue capaz de construir terror desde una gran verosimilitud. Crea suspenso a partir de las premisas que propone, sin tener que recurrir a artefactos narrativos trillados para generar terror donde no lo hay.

Menos efectiva, pero igualmente recomendable, es Hush de Mike Flanagan, que también encontró éxito en Netflix. Lo que hace interesante a esta cinta, es que reinventa el subgénero del “Home Invasion” (Invasión del domicilio), al debilitar a su protagonista haciéndola sorda. Kate Siegel realiza una actuación bastante decente, y de nuevo, es un buen ejercicio de suspenso a partir de la verosimilitud.

 Esta tendencia de coherencia narrativa dentro del género da para que el terror no sea lo único que quepa en las historias. Lights Out, de David F. Sandberg, no es la más ingeniosas de las películas, tampoco la más pulida narrativamente, pero se le agradece el hecho de que busca construir personajes creíbles dentro de un relato que respete y sea coherente con las decisiones que estos toman. A tal punto que no tiene miedo de entrar en el territorio de la ciencia ficción o la fantasía por momentos.

Parecido a lo que Hush intento hacer, pero elevado al millón, la cinta del uruguayo Fede Álvarez está extremadamente bien hecha. Don’t Breathe propone una premisa que promete mucho para ser cierto, pero que logra estar a la altura de está, al contar una historia emocionante, verdaderamente terrorífica y coherente. El nivel técnico de la cinta es tal vez lo más admirable de la proeza, y la manera como Álvarez logra darle forma y ritmo al horror que plantea es prodigiosa. En esta sección del artículo, probablemente es la película más sólida.

Pero si de hablar de expandir y renovar el género es el asunto, creo que no puedo pasar por alto una de las cintas más perturbadoras del año pasado. The Eyes of my Mother es más bien drama psicológico en clave de terror, donde el director Nicolas Pesce retrata temas como la soledad y la inocencia, desde una perspectiva… bien hijueputa. No es un filme gráfico, pero no es un visionado fácil. La excelente fotografía en blanco y negro solo ayuda a generar una atmósfera surreal y tenso, y la actuación de Kika Magalhães es a su vez excelente y desconcertante.

Todas estas menciones que hago a lo que fue el terror del año pasado, las hago desde un lugar de admiración. Existe una tendencia a despreciar este tipo de cine entre las comunidades cinéfilas, lo cual creo lamentable. El terror siempre ha sido un género que permite examinar la disciplina audiovisual de manera casi microscópica y celebro que cada vez haya más realizadores intentando hacer cosas nuevas. Este año fue un gran ejemplo de eso.


Las “mejores”


Aunque es cierto que utilizo la expresión con ligereza, hablar de “mejores” películas no es muy productivo; sobre todo porque realmente no existe objetividad en esa expresión. Lo que viene a continuación, más que una lista de las “mejores”, es una recopilación de filmes que creo fueron las experiencias más interesantes que tuve el año pasado.

Así que, sin más preámbulo y en orden alfabético:


Arrival



Denis Villeneuve engrandece cada vez más su condición como uno de los directores más originales trabajando ahora mismo. El año pasado, Sicario (2015) estuvo en mi lista de las películas más interesantes del 2015, y ahora vuelve a aparecer con su propuesta en ciencia ficción.

Basada en el cuento Story of Your Life de Ted Chieng, Arrival propone una narrativa fundamentalmente humana, contada dentro de un marco de ciencia especulativa. Puede que ciertos conceptos hayan quedado más claros en la obra original, pero es definitivamente un logro en cuanto a exprimir las formas cinematográficas para contar una historia se trata. Respeta a su audiencia al no ser tímida con ciertas nociones de física y lingüística, pero tampoco llega a ser pretenciosa. Visionado obligatorio.


Don’t Think Twice



Mike Birbiglia es un actor/comediante que ha sido autor de una serie propuestas muy interesantes. Su dos especiales de comedia pasados (están en Netflix), Sleepwalk With Me y My Girlfriend's Boyfriend, son ejercicios que combinan el stand-up con el teatro tradicional, y que han sido un total éxito. Birbiglia no solo tiene una habilidad excepcional para la descripción, sino también para la creación de personajes relacionables y verdaderamente originales. Don’t Think Twice sigue explotando su potencial como escritor y actor; aunque tal vez menos experimental, no deja de ser una reflexión divertida y a la vez dolorosa de lo que significa ser un artista en “la lucha”. Como todo trabajo de Birbiglia, esta historia de comediantes intentando lograr el éxito es semi-autobiográfica y es un interesante vistazo al mundo del entretenimiento.


Elle



¿Por dónde empezar? Tal vez por Isabelle Huppert, quien interpreta a la protagonista de esta película y se roba el show al crear uno de los personajes más complejos y auténticos que he visto en mucho tiempo. La trama gira alrededor de Michèle, una mujer de negocios que es violada dentro de su propia casa, pero que no permite que tal hecho desestabilice su perfecta y organizada vida. Paul Verhoeven, director de películas como RoboCop, Total Recall y Basic Instinct, crea por medio de esta película uno de los retratos más frescos y honestos sobre un tema tan taboo como lo es el abuso sexual. Intrigante y perturbadora, Elle exige una mirada para nada convencional a la sexualidad y a los roles de género.


Everybody Wants Some!!



Amo esta película. Tanto como amé su precuela espiritual Dazed and Confused, la cual es una de mis películas favoritas de todos los tiempos. Richard Linklater vuelve al ruedo al contar una de sus historias “sin-historia”, en que los protagonistas son los personajes más sinceros y genuinos que viven de la manera más fiel a ellos posible. Una carta de amor a ser hombre, joven, estúpido y a querer vivir feliz. Linklater tiene una gran habilidad para remembrar el pasado y esta es posiblemente una de las mejores recreaciones del final de la década de los 70. La música también es excelente.


Eye in The Sky



Una sorpresa que vino de la nada, Eye in The Sky de Gavin Hood es un thriller político-militar que recrea la forma en que hoy la guerra se da desde un escritorio, una oficina o una computadora. Claramente de temática con relevancia actual, la última cinta en que Alan Rickman actúa es estremecedora. Una cinta que hace preguntas difíciles y no ofrece respuesta alguna, y contado con un manejo magistral del ritmo y el suspenso. El filme nunca afloja el acelerador, pero tampoco genera fatiga.


Green Room



De las cintas que anteriormente mencioné dentro del género del terror, hubo una que no dejó de perseguirme durante días después de verla. Tal vez por lo cruda o por lo grafica; solo sé que esté uno de los tratamientos de la violencia más viscerales que he visto en el cine de este género en mucho tiempo. Probablemente lo que más me aterra es que la idea de encontrarse en el lugar equivocado, en el momento equivocado y con la gente equivocada, es totalmente posible y real, y tal es la forma como este filme lo retrata, que uno se pregunta a cuantas personas nos le habrá pasado lo mismo en un mundo donde el narcotráfico y el racismo son cosas totalmente verdaderas y existentes. Recomendada si quiere ver a Patrick Stewart como un supremacista blanco.


Hell Or High Water



Habiendo dicho todo lo que tuve que decir en mi reseña, solo me queda recomendarla inmensamente. Un honesto y entretenido western sobre ruedas.


Hunt For The Wilderpeople



Si hubiera visto con antelación la anterior película del director Taika Waititi, What We Do in the Shadows, probablemente hubiera aparecido en mi lista del 2015. Por lo que estuve muy atento a no perderme su siguiente película, Hunt For The Wilderpeople: una comedia surreal y con mucho corazón, que recuerda visualmente a Wes Anderson, y maneja un sentido del humor extrañamente espectacular. La épica historia de un huérfano y su tío adoptivo huyendo de la policía, mientras se convierten en celebridades de Nueva Zelanda está tan bien contada, que sus personajes no dejan de sentirse verdaderos a pesar del tono cómico.


La La Land



Yo esperaba con ansias la siguiente película de Damien Chazelle, pero no esperé que llegara a ser tan buena. Más allá de ser un fabuloso revival de los musicales clásicos de jazz, La La Land es un golpe al hígado a todo el que haya tenido que hacer un sacrificio para conseguir lo que quiere en la vida. Es honesta en cuanto a la relación que describe y la música es fenomenal. En cuanto a las coreografías y el trabajo de cámara, no es extraño ver porque este filme tiene tantas nominaciones. Desde lo técnico a lo emocional es magistral.


Manchester by the Sea



Hablando de golpes al hígado… (creo que hay un tema común este año). En una época en que las audiencias están en busca de una gratificación inmediata en los medios que consumen, es comprensible que Manchester emita todas las señales para que estas salgan corriendo. Un drama pesado, que tiene como tema central la muerte de los seres queridos, no es exactamente algo atrayente, pero me sorprendí al encontrar grandes cantidades de comedia en esta cinta. Y no es una comedia gratuita, ni fuera tono, sino una forma de comentar sobre el absurdo de las tragedias que algunas veces tenemos que enfrentar. Francamente encuentro hermosa la manera como Kenneth Lonergan, director y escritor de la cinta, retrata el dolor sin ser melancólico, acogiendo todo un espectro de emociones genuinas y elevando el filme a más allá de un simple “drama para llorar”.


Moonlight



En un ejercicio de intimidad, Barry Jenkins logra dirigir uno de los estudios de personajes más enternecedores de este año, contando una historia que claramente nace de la empatía y el amor por su protagonista. Tres actores interpretan magníficamente a Chiron, en tres momentos diferentes de su vida; un joven que ha tenido que lidiar con su homosexualidad y su raza, en mundo que parece odiarlo por ser ambas cosas. Más que una proeza narrativa, Moonlight prefiere explorar las formas en que un personaje construye barreras para proteger una niñez dañada, para luego romper dichas barreras y demostrarnos que esa niñez sigue ahí. Devastadora.


The Lobster



Como con The Big Short, si esto fuera un top, este filme ocuparía el primer lugar. Cada vez que pienso en lo que Yorgos Lanthimos creó con The Lobster, siento que adoro más esta película. Porque no solo es capaz de construir un universo interesante, sino que, por medio de este, es capaz de retratar una relación genuina entre dos personas y al mismo tiempo enmarcarlo todo dentro de una atmósfera realmente absurda y surrealista. Sin embargo, lo que más encuentro fascinante es que al género al que más se acerca esta cinta es a la comedia. Así como con su anterior Dogtooth (2009), Lanthimos parece embaucar a su audiencia en presenciar una historia llena de temas perturbadores, pero inadvertidamente hilarantes, comentando sobre la importancia que le damos a ciertos valores en la sociedad y lo absurdo que es vivir y morir por ellos.


The Neon Demon



Nicolas Winding Refn es de esos directores que como Lars Von Trier, o Alfred Hitchcock en su tiempo, han construido una imagen de “rockstar” a partir de su posición como autores transgresores. Es entendible que esto saque algunos críticos de quicio, generando un sinfín de acusaciones de pretensión intelectual hacía Winding Refn. Sin embargo, creo que no es posible afirmar con genuino convencimiento que el cine de este director no tiene valor, a pesar de la aparente superficialidad.

The Neon Demon puede que no sea la cinta con más claridad en cuanto a los temas que quiere explorar. ¿Es una crítica a la cultura del consumismo y la falsedad de las identidades públicas? Pues no lo sé, pero creo que tal lectura sería una incompleta (o incluso, totalmente errónea). Lo que sí sé, es que esta es una cinta de terror, ni más ni menos. Refn reconstruye el género desde su particular perspectiva y creo que la sola fuerza estética del filme es suficiente para recomendarla. Una forma interesante y diferente de experimentar el terror.


The VVitch



Siguiendo la línea de géneros reconstruidos y quedándonos en el terror, creo que es preciso hacer mención de The Witch; debut directoral de Robert Eggers, que cuenta la historia de una familia puritana de New England expulsada de su pueblo en pleno siglo XVII y que es acosada por una bruja. A diferencia de The Neon Demon, la cual busca renovar de alguna manera el género, Eggers procura explotar al máximo los lenguajes del terror, utilizando a su disposición el imaginario y la repulsión global que se tiene a las representaciones de la maldad (aka Satán). Cualquiera que haya tenido alguna experiencia relacionada a crecer dentro del cristianismo, encontrará el filme terriblemente efectivo en evocar ese miedo visceral al diablo. No obstante, la cinta no solo se desarrolla dentro de un contexto sobrenatural, sino que retrata un drama familiar planteado desde problemas basados en la superstición y los códigos sociales rígidos.


Zero Days



Lo primero que aparece en la página de Wikipedia de Alex Gibney es una mención a una cita de la revista Esquire que proclama al director como uno “de los mejores documentalistas de nuestro tiempo” y cada vez que veo una película de este señor, estoy más y más de acuerdo con esta cita. En una entrevista que alguna vez vi, el entrevistador lo clasificaba como un “conspiracionista de hechos” y creo que la etiqueta es acertada. Los documentales de Gibney tratan temas que están íntimamente ligados con el poder y las cosas que gracias a este se logran hacer fuera de los ojos del público.

Zero Days encarna un ejemplo perfecto de esto, al ser una investigación increíblemente detallada y expertamente contada, a pesar de la complejidad del tema, que explora la naturaleza del armamento militar digital que está presente en nuestra época. Gibney fabrica una ilusión que pareciera transportarnos a una novela de ciencia ficción e intriga militar, para después traernos de golpe, haciéndonos caer en cuenta que esa es la realidad que estamos viviendo ahora.


Menciones “honoríficas”


Born to be Blue
Captain Fantastic
Nocturnal Animals
Shin Godzilla
Sing Street
The Bird of a Nation
The Edge of Seventeen
The Swallows

1 comentario:

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