lunes, 4 de marzo de 2013

Lo que pudo y no fue "Cloud Atlas"



Los géneros en el cine han estado presentes desde su creación y no por casualidad, ya que la existencia de estos, se remonta a la creación de la narrativa misma, en cualquiera de sus presentaciones. Al principio, basarse en un género era de gran ayuda, ya que los cánones de la narración estaban establecidos, por lo cual el trabajo de contar una historia se reducía a la mitad. En la medida de que el cine fue creciendo, también crecía la necesidad de dar complejidad a las historias, para que estas se parecieran más a la vida real. Los géneros establecidos comienzan a cambiar y más que todo a combinarse, creando híbridos en los que el género mismo se desvanece, perdiéndose de vista para dar paso a una narración más parecida a la vida real.

La vida no es una comedia o explícitamente un drama, no se subdivide en una trama de acción, suspenso o terror. La vida es ella y nada más, conteniendo todo los géneros mencionados y hasta mucho más, alcanzando la “realidad” a la cual estamos acostumbrados.

La película de la que vamos hablar, tiene una particularidad o más bien, un número de ellas. Tiene tres directores, siendo estos Lana y Andy Wachowski quienes recordaran por su irregular y legendaria trilogía de “The Matrix” y un tercero de nombre Tom Tykwer quien se hizo sonar con su opera prima “Run, Lola, Run”. La segunda particularidad es la financiación de esta película, que con 102 millones de dólares, se convirtió en la película independiente más cara que alguna se haya filmado y que por lo cual se da a entender lo inmenso y ambicioso del proyecto.


La última particularidad que quiero mencionar es la historia en la que está basado el filme, tomando de referencia el libro escrito por David Mitchell del mismo título. Básicamente son seis  historias, todas dentro del mismo universo narrativo, pero situadas en diferentes tiempos de la historia mundial. Se desarrollan desde el siglo 19 hasta un futuro post-apocalíptico más allá del siglo 23. Todas las historias están conectadas entre sí de alguna forma, creando lo que le da el titulo a la película aquí en Latinoamérica, “La Red Invisible”.

Un trabajo sin duda ambicioso y en cualquier forma de arte, eso no se recibe de mala gana. Mi primera impresión con Cloud Atlas, al terminar su visionado, no fue la mejor. Para ser sinceros, salí pensando en escribir una crítica bastante dura contra el filme, planeando darle duro a lo que pensaba era una mezcolanza extraña, que no le dieron ni el más mínimo tiempo de cocción, pero logré que mi cabeza se enfriara y me di cuenta que mi mayor disgusto con el filme fue que no lo entendí y escribir una crítica detractora sobre cualquier forma de arte, solo porque no lo entendiste, es una gran irresponsabilidad.

Reflexionando caí en la cuenta de que Cloud Atlas era un filme con una historia muy poderosa, que habla sobre nuestra propia humanidad sin meter cuestiones de raza, o cultura o siquiera espacio-tiempo. Verdaderamente puedo decir que es una de las películas que merece el título de “universal” y que es una historia que puede llegar a todo el mundo, dejando una reflexión de lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos, tal vez no como personas individuales, pero si como una humanidad conjunta.


Un aspecto que tengo que resaltar es el valor técnico, sobre todo la fotografía y la edición. El aspecto visual de la película es un gran fuerte, que impresiona desde el primer momento y le provee de esa conectividad entre las historias. Una curiosidad de la realización tiene que ver con el hecho de que los tres directores se repartieron las historias, tres dirigidas por los Wachowskis y tres dirigidas por Tykwer, y lo interesante de esto es que en el visionado no es perceptible, revelando así como los realizadores trabajaron con una mentalidad unificada. Esa unificación se reafirma por el excelente trabajo de edición. Uno pensaría que contar seis historias diferentes e intercaladas debería de ser una tarea complicada y que no sería fácil para el espectador, pero este montaje me dejó claro que con algo destreza todo se puede, ya que en ningún momento una historia toma más protagonismo que la otra o generan confusión, porque le permiten al cerebro del publico seguir la trama de cada una.

Esta cinta es de un potencial grandísimo, muy grande de hecho, pero sencillamente creo que tal potencial no fue aprovechado a su máximo. Este es el aspecto que, por más que le di vueltas en mi cabeza, no pude justificar de la película y por lo cual no llega a ser una obra de gran envergadura, como lo pudo ser. La razón de eso tiene que ver con lo que explicaba al principio de este artículo, con el tratamiento de los géneros en este filme.

Por ser varias historias en una, nos encontramos con varios géneros también. Aquí hallamos acción, suspenso, drama histórico y político, ciencia ficción e incluso comedia. Esto también hace parte de lo que hace ambicioso al filme, el incluir todos estos géneros para lograr producir la mayor cantidad de emociones en el publico. En un principio parece algo que se puede recibir muy bien, pero al terminar de conocer la historia y de aprender de lo que esta se trata, te das cuenta que ese tratamiento de los géneros no fue el más acertado. Los géneros en las películas se dieron por la necesidad de imitar la vida real, pero de una manera simplificada para adaptarla a la historia de una película. Con los años, la narrativa cinematográfica fue evolucionando hasta llegar a un punto, en el que se puede prescindir de los géneros para hacer de una historia más humana. Los géneros son entonces relegados a obras en las que prevalece el estilo (Que no es algo malo, teniendo como ejemplo a un grande como Tarantino) y ya no son muy útiles a la hora de humanizar un relato.


Cloud Atlas es una historia que, sobre todas las cosas, es humana y que tenía que manejarse de ese modo. Los directores no vieron este potencial y apostaron por el espectáculo, por regirse bajo el yugo de cánones que no aplican a la vida real, sino nada más a las ficciones de las historias. Eso es lo que hizo que me confundiera la primera vez, porque no sabía cuál era la intención de los realizadores ¿Querían dar una entretención inteligente pero plana, o querían contar un relato profundo y reflexivo? Alguien podría argumentar que ambas, pero para mí los relatos profundos y reflexivos son entretenidos en sí mismos, no necesitando de ningún adorno extra. Ultimé mis pensamientos en que esta es una de muchas otras obras, que lastimosamente no escalo todo lo que en verdad pudo escalar. Un gran y apreciable esfuerzo pero que requería de un mejor tratamiento.

Calificación: 3.2 Cicatrices de 5 (Maquillaje no soportable) 

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