martes, 7 de julio de 2015

RUSH de Ron Howard -Netflix y La Horas Perdidas


Empezamos la nueva sección con una película que el director Ron Howard estrenó en el 2013 y al parecer nadie le prestó atención. Incluso, en la época en que yo me las quise dar de reportero cinematográfico, escribí lo que sería una de las entradas menos leídas de este blog, tristemente matando mi carrera como periodista. La cinta acabó siendo desapercibida y a pesar de que su reparto consistía en nombres conocidos (Uno de ellos Avenger), no recuerdo que hubiera mucho revuelo por la cinta. Uno que otro portal grande (Y verdadero) de noticias intento iniciar rumores sobre nominaciones para el Oscar, pero con muy poca chispa, que al cabo ni fue nominada a nada. Parecía que Rush fuera un sueño del que mucha gente olvidaba haber tenido.

Lo cual es curioso porque este es el tipo de película que tiende a generar gran alboroto. Ni el nombre de Ron Howard, director del filme favorito de los verdaderos «connoisseurs» A Beautiful Mind, fue suficiente para generar conmoción, siendo que él es un peso pesado en la industria. La fórmula sobre la que está montada la película gritaba oro de premios y cumplía con todos los requerimientos para ganarlos o al menos ser nominada.

Pero bueno, al parecer el mundo dijo «Meh…» y la vida siguió. ¿Y cómo culparlo? Rush no es más que otra película que se disfraza detrás de su frívola trascendencia. Una historia muy simple narrada de una manera muy aparatosa. La cinta sufre por seguir la tendencia de los biopics que no deciden si son ficción o documental, y terminan apretujando un montón de acontecimientos sin tener en cuenta ritmo o coherencia.


Porque a pesar de que está basada en la vida real y uno está esperando verdadero y consciente análisis de sus personajes, el filme prefiere enfocarse en como maquillar la realidad; problema del que no es ajeno Howard. En últimas, esto hiere la experiencia, ya que como espectador, no puedo tomarme en serio los sucesos que me presentan.

La trama sigue la rivalidad de dos legendarios pilotos de Fórmula 1, James Hunt y Niki Lauda, que al parecer según la película, se odiaban a morir en los 70, en el pico de sus carreras. Bueno, en realidad no. Si bien en el mundo de la Formula 1 siempre han existido rivalidades, estas no han llegado a existir más allá de la competición misma. Incluyendo esta. Lo que al parecer no es suficiente para hacer una buena historia, así que los eventos en el filme son exagerados.

Los protagonistas son convertidos en caricaturas de sí mismos, siendo marcados como vacas con simples rasgos de personalidad para que una audiencia pueda identificarlos fácilmente. Uno es el mujeriego y fiestero, y el otro es el serio y amargado. Más allá de esto, no hay verdadero desarrollo de personajes, perdiendo una oportunidad de poder explorar la verdadera humanidad de estas personas. Una oportunidad desaprovechada, teniendo en cuenta que los protagónicos de Chris Hemsworth y Daniel Brühl demostraban tener la capacidad para desarrollarlos correctamente.


Niki Lauda, por ejemplo, es presentado como un megalomaniaco misántropo, casi como un villano de historietas. Porque esa es la única manera que Howard parece poder justificarlo, sin entender que las personas experimentan diferentes tipos de emociones y que algunas apariencias herméticas, son solo eso, apariencias.

Ahora, esas siluetas de lo que pudieron ser personajes entrañables no se hicieron solas. Parte de esto tiene que ver con la forma en que la cinta está narrada, queriendo estrujar un millar de acontecimientos en la vida de los personajes, en un intento de darles esa profundidad que tanto les hace falta, pero provoca todo lo contrario. Porque la profundidad no se gana con la cantidad de información que se dé sobre cierto personaje, sino como este actúa ante las situaciones. El saber si el tipo se casó y se divorció no me da nada, pero si veo que decisión toma el personaje en una situación de vida o muerte, me dice mucho de este.

A pesar de que para una película sobre autos veloces, el montaje rápido y las tomas de motores, válvulas y diferentes componentes de un carro ya son un cliché, siento que Ron Howard pudo salir adelante con un estilo bastante diferente a lo que suele hacer. La energía visual iba acorde a la cinta y hubo bastante dulce para los ojos. Excepto por una o dos partes en que decidieron usar animación por computadora en vez de carros de verdad, el filme se ve precioso.

Tal tratamiento visual dio pie para lo que Howard sabe hacer mejor: Melodrama. Apela fuertemente a las emociones y sensacionaliza acontecimientos que en situaciones normales no tendrían gran dramatismo. Las escenas de carreras son excitantes y constantemente amenazadoras, haciéndonos temer falsamente por la vida de sus personajes. Es espectáculo sin sustancia, pero espectáculo al fin de cuentas.


Y no más, porque este filme no tiene capacidad de ser algo más que ese melodrama. No tiene la fuerza dramática para hacerlo. Lamentable, teniendo en cuenta que la historia, particularmente la de Lauda, es bastante interesante. Creo que los cineastas se dejaron atrapar por la idea de hacer una película sobre una rivalidad cuando claramente una de las dos historias era más interesante: la de Lauda.

Creo que si se hubieran concentrado en este personaje hubiéramos tenido un filme más sólido. La historia de James Hunt es la misma del rockstar que se ha contado varias veces. En cambio la de Lauda es una historia de diferentes matices, empezando con que él mismo es un personaje bastante complejo. No el más atractivo, pero no menos interesante.

Al final, creo que se contó una historia mucho menos interesante de lo que se pudo contar. En un afán por ponerle glamour a la realidad le quitaron la emoción cruda de los acontecimientos. El accidente que sufre Lauda y la forma en que se recupera de este, hacen parte de los elementos de la historia que se desaprovecharon, pudiendo ser el eje central de esta. Howard dirigió un filme entretenido que le falto mucha humanidad.

6/10


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

¿Estas de acuerdo? ¿Te gusto? ¿No piensas igual? ¿Lo odias? Arremete contra la sección de comentarios con lo que tu piensas, aquí abajo: